Los rosales se deben podar al menos una vez al año para eliminar las partes muertas e impulsar el crecimiento de nuevos tallos y flores. Así conseguirás unas rosas sanas y bonitas que fascinarán a todas las personas que las vean. Podar los rosales de tu jardín o huerto urbano es un acción que rejuvenecerá a la planta y la saneará por completo.

Qué se necesita para podar rosales

Para la poda de rosales es muy recomendable que utilices unos guantes de podar, ya que las espinas te pueden dañar las manos.

Además, para podar un rosal, necesitarás tijeras de podar. Para las ramas finas puedes usar tijeras bypass y para las ramas gruesas puedes usar tijeras de yunque.

Cuándo se podan los rosales

Los rosales se deben mantener a lo largo de todo el año, pero se deben podar sobre todo en determinados momentos.

En qué época se podan los rosales

Los rosales se deben podar cuando haya pasado el inverno. Una vez las heladas hayan terminado ya podremos podar las rosas. Es importante podar cuando pasen las heladas ya que los nuevos brotes que aparecerían tras la poda morirían al no poder soportar una helada.

En qué mes se podan los rosales

El mejor mes para podar los rosales varía en función de la zona climática. Sin embargo, a grandes rasgos, en el hemisferio norte, el mejor mes para podar rosas es en marzo; y en el hemisferio sur, el mejor mes para la poda de rosas es en septiembre. Sin embargo, si estamos en un clima frío, deberemos retrasar un mes más la poda de rosales.

Cómo se podan los rosales

1. Poda a ras todos los brotes secos, muertos o en mal estado. Corta a ras también los chupones, ya que son tallos que no producirán flores. Sus hojas son más pequeñas, de un color verde más claro y el tallo, que crece directamente de las raíces, tiene muchas espinas.
2. Selecciona de 3 a 5 ramas, las que sean las más vigorosas y sanas. Estas serán las que no cortaremos a ras y se convertirán en las ramas principales del rosal.
3. Poda a ras todas las ramas que no sean las seleccionadas.
4. Para acabar, podaremos un poco las ramas que quedarán como principales. Pódalas a una distancia de la unión de unos 10 centímetros. Haz un corte en bisel (de 45 grados) un centímetro por encima de la yema. La parte de arriba del corte deberá estar en el lado de la yema.

Puede que te parezca una poda excesiva, pero el rosal lo agradecerá. Brotará con más vigor; y se mantendrá joven y fuerte.