Cada vez hay más gente que se decide a cultivar sus propias frutas y hortalizas. Sin embargo, muchos no disponen de un jardín o terreno para hacerlo. Por ello, una muy buena alternativa es sembrar o plantar en maceta, ya que podremos aprovechar el espacio libre de nuestro balcón o terraza. Además de estar adornándolo con los colores que nos regala la propia naturaleza, estaremos cosechando un fruto o verdura que en el futuro nos podremos comer.
Sin embargo, si decidimos plantar en maceta, no tiene por que ser una maceta como todos conocemos. Es más, podemos utilizar cualquier tipo de recipiente, siempre y cuando cumpla los requisitos necesarios para que la planta no sufra. Lo más importante es que el recipiente o maceta tenga un tamaño adecuado y disponga de agujeros que permitan el drenaje del agua. De esta forma, se evitará el encharcamiento de la tierra.
Plantar en maceta es totalmente válido. Sin embargo, hay algunas diferencias con respecto al cultivo en suelo que tienes que tener en cuenta. Te las contamos todas más abajo.
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Crecimiento de la planta
Generalmente, mientras más raíces tiene una planta, mayor es su crecimiento. Cuando plantamos en maceta, las plantas experimentan un menor crecimiento que si las plantamos en el suelo, debido a que las raíces se pueden extender menos. Por lo tanto, absorben menos nutrientes que si se extienden libremente por el suelo.
Sin embargo, el crecimiento vendrá condicionado por el tipo de maceta que utilicemos. Si utilizas una demasiado pequeña, la planta verá limitada su crecimiento. No obstante, si utilizas una maceta de tamaño adecuado, el crecimiento de la planta mejorará.
En esta infografía podrás observar qué tamaño de maceta necesita cada planta:
Plantar en maceta: riego y abonado
La cantidad de tierra que puede contener una maceta es limitada. Por lo tanto, el agua que puede retener es mucho menor que el agua que puede conservar la tierra del suelo en un huerto. Por este motivo, se deberá regar la maceta más a menudo.
Ocurre lo mismo con los nutrientes, ya que el suelo, al ser más extenso, tendrá más nutrientes que la tierra de la maceta. Como resultado, se deberá abonar o aportar nutrientes a la maceta más a menudo.
Efectos del frío y calor en la planta
En verano, debido a las altas temperaturas y la radiación solar, la tierra de las macetas puede llegar a calentarse más de lo recomendado. Si esto ocurre, podrían dañarse las raíces y provocar un golpe de calor a la planta, secándose parcialmente o, incluso por completo.
Por el contrario, en invierno, la tierra de las macetas se enfría y se puede helar. Este hecho tampoco es beneficioso para las raíces y el correcto desarrollo de la planta.
Por todo esto, debemos colocar las macetas en lugares resguardados y protegerlas con materiales aislantes. Una opción para aislar la temperatura de la maceta es introducir la maceta con la planta dentro de una maceta de mayor tamaño y añadir aserrín o corteza entre los dos recipientes.
El material más recomendable para plantar en maceta es la cerámica, ya que es transpirable y resistente a las altas temperaturas. Mientras que los materiales menos recomendables serían el plástico y el metal, debido a que transfieren más calor al contenido de la maceta.
Si plantamos en el suelo no tendremos este problema, ya que la temperatura se mantiene de forma más constante a lo largo del tiempo.
Encharcamiento de la tierra
Un factor a tener muy en cuenta es la necesidad de drenaje del agua. Al plantar en suelo, muy difícilmente se encharcará la tierra, ya que el agua irá traspasando las capas de tierra que encuentre en su camino y no quedará estancada en la superficie. Podría darse el caso de una lluvia torrencial constante que encharcase la tierra, pero en el momento que parase, el agua acabaría distribuyéndose poco a poco por todas las capas inferiores de tierra.
Aunque parezca obvio, es de vital importancia que la maceta tenga agujeros en el fondo para expulsar el excedente de agua. De no ser así, las raíces de la planta no serán capaces de captar oxígeno, se pudrirán y la planta morirá.
Uses el recipiente que uses, tanto si es una maceta, un tetra brik o la mitad de una garrafa, asegúrate de que en la parte inferior haya pequeños agujeros, y si no los tiene, hazlos antes de echar la tierra.
En definitiva, plantar en suelo generalmente será más beneficioso para la planta. Aunque si nos decidimos a plantar en maceta, podemos tener en cuenta ciertas condiciones que ayudarán a que tu planta crezca sana y fuerte.
Cómo plantar en maceta
En el fondo de la maceta se deberá colocar una capa de piedras de unos 3 centímetros. Esto promoverá el drenaje del agua sobrante sin asfixiar las raíces.
Si vamos a sembrar una semilla, se debe añadir la tierra o el sustrato hasta 8 centímetros del borde de la maceta. A continuación se debe depositar la semilla y añadir unos 3 centímetros más de sustrato. Por último, se debe regar hasta que el agua empiece a drenar por los agujeros inferiores de la maceta.
Si vamos a realizar un trasplante, se debe añadir la tierra o el sustrato en la medida justa para que al trasplantar la planta, ésta quepa en la nueva maceta. Una vez trasplantada, se añadirá sustrato hasta 5 centímetros del borde de la maceta. Por último, se debe regar hasta que el agua empiece a drenar por los agujeros inferiores de la maceta.
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